[COMUNICADO DE PRENSA]
-
Los ataques contra mujeres defensoras de derechos humanos se duplicaron en el 2017-2018 con respecto al 2015-2016.
-
Los datos provienen del sistema de registro de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos, hasta hoy el único que registra agresiones contra defensoras de derechos humanos en la región.
Datos preliminares del informe de agresiones de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos humanos indican que los ataques contra mujeres defensoras no sólo se han duplicado entre 2015 y 2018, sino que este aumento progresivo de violencia parece determinar una tendencia.
Dicho estudio reveló que, sólo entre 2017 y 2018, al menos 3305 mujeres defensoras sufrieron agresiones por parte de múltiples actores, siendo los Estados los principales agresores: Funcionarios de los Estados mesoamericanos perpetran 7 de cada 10 ataques contra defensoras. Además, 1 de cada 4 agresiones ha ocurrido contra grupos de defensoras en movilizaciones en defensa de derechos, protesta y resistencia.
Ser defensora: vivir otras violencias
Los datos revelan además que 3 de cada 5 defensoras han sido agredidas repetidamente; ellas viven agresiones por ser mujeres y por ser defensoras. Son víctimas de descalificación, violencia sexual, violencia por parte de la pareja u otros miembros de su familia, violencia por alterar el orden social establecido (familia, valores tradicionales), revictimización, tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes, asesinato, intimidación, hostigamiento psicológico, calumnias, señalamientos y campañas de desprestigio.
De todas las defensoras agredidas, 275 tenían medidas cautelares, lo cual significa que los Estados no han cumplido con su obligación de garantizarles protección efectiva. Muchas de ellas no pudieron continuar su lucha: Sólo entre 2017 y 2018, 65 defensoras fueron asesinadas y 27 sufrieron intentos de asesinato.
Criminalizadas por defender derechos
Por primera vez, estos datos preliminares del informe de agresiones contienen información de criminalización a defensoras, usando como referencia la definición de CIDH en lo referente a criminalización de defensa de derechos “[…] la manipulación del poder punitivo del Estado por parte de actores estatales y no estatales con el objetivo de controlar, castigar o impedir el ejercicio del derecho a defender los derechos humanos”.
Descubrimos que 1 de cada 10 defensoras agredidas fue criminalizada. El 40% de estas defensoras criminalizadas tiene entre 26 y 35 años. La mayoría de los actores de criminalización eran autoridades provinciales, estatales y departamentales; seguidos de policías, empresas, militares y otros.
Las redes salvan
El informe señaló que las defensoras que defienden la tierra y territorios, la verdad, la justicia y la reparación y el derecho a defender derechos han sufrido las mayores agresiones. Los ataques contra la integridad física y mental, y su reputación, son las agresiones más frecuentes.
La investigación señala que la tendencia a agredir a grupos (colectivos) de defensoras y organizaciones está vinculada a la represión de la libertad de protesta cívica y, en este contexto, las agredidas son usualmente defensoras jóvenes. En respuesta, reiteramos que necesitamos seguir trabajando en la protección desde las redes y desde los colectivos.