#PRONUNCIAMIENTO
La Asociación Latinoamericana de Comunicación y Educación Popular (ALER) condena enérgicamente el golpe de Estado contra el Presidente de Bolivia, Evo Morales, cuyo mandato debía terminar el 22 de enero de 2020. El gobernante boliviano, ahora asilado en México, se vio obligado a dejar su cargo luego que el alto mando de las Fuerzas Armadas le “sugiriera” renunciar, en el marco de un amotinamiento policial y el ascenso violento de protestas opositoras lideradas por el candidato conservador Carlos Meza y el dirigente de los comités cívicos de la Provincia de Santa Cruz de la Sierra, Luis Camacho.
ALER también rechaza la violencia protagonizada por grupos opositores y oficialistas. Repudiamos, especialmente, la violencia racista -física y simbólica- de grupos ultraderechistas contra población indígena, misma que evidencia una deplorable perspectiva discriminatoria, supremacista y colonialista. Ante este clima de intolerancia y confrontación, apostamos por la paz y el diálogo; y, para resolver la actual crisis política y social, exhortamos vehementemente a todos los actores políticos y sectores sociales a buscar una salida pacífica y en el marco de la Constitución boliviana. Llamamos a la comunidad internacional democrática a respaldar y acompañar este esfuerzo.
Como coordinadora latinoamericana de medios comunitarios, alternativos, educativos y populares, respaldamos a los diversos movimientos sociales que promueven los derechos humanos, el cuido de la Madre Tierra y la construcción del Buen Vivir, que es también la apuesta política de ALER. Instamos a los pueblos indígenas, organizaciones populares y sectores democráticos a hacer frente común en la recuperación de la democracia, la soberanía y la dignidad humana.
Finalmente, ALER hace un llamado a las fuerzas progresistas de Bolivia y demás países de la Patria Grande a ser consecuentes con los principios y la institucionalidad democrática, respetar la voluntad popular y evitar errores que facilitan el accionar antidemocrático de las élites reaccionarias y oligárquicas que no comulgan con la inclusión social y la redistribución de la riqueza, rechazan la interculturalidad y diversidad, desprecian a los pobres y humildes, y se oponen a la construcción de modelos de país equitativos, justos y sustentables.