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Por ADES

El  pasado martes 2 de octubre, el Tribunal Supremo Electoral dio el banderillazo de salida para la campaña electoral de los comicios presidenciales de 2019. Cuatro fórmulas presidenciales tienen autorizado a partir de esta fecha pedir a las y los electores sus votos para llegar a la primera magistratura. Pero estas elecciones no están lejos de irregularidades, como la campaña adelantada, sancionada y multada del candidato arenero, Carlos Calleja.

Sin embargo, lo que ahora debe preocuparnos es qué propuestas nos ofrecerán los candidatos de cara a los retos que enfrenta El Salvador. Cuando escuchamos –si es que existen- sus propuestas encontramos mensajes emocionales, que parecen más demagogia que opciones reales. No hay propuestas estructurales para mejorar la calidad educativa o superar el alto costo de la vida que se ven obligadas a pagar las familias salvadoreñas más pobres.

Cada ejercicio electoral debería ser un llamado a nosotras y nosotros como electores para exigir propuestas,  candidatos de altura y debates políticos de calidad donde realmente se discutan temas de interés, sean estos polémicos o no. Los argumentos que dejan fuera de la mesa algunos temas  porque “dividen a la población” deberían quedar descartados por su falta de seriedad. Los temas que involucran el bienestar, la salud, la educación, no deberían ser postergados.

El tema del agua, por ejemplo, debe ser prioritario en agenda. No podemos esperar más para contar con una ley que regule el acceso y el cuido del bien hídrico. No podemos seguir esperando que la Asamblea Legislativa resuelva en sus trabas burocráticas sobre esta realidad. Sabemos que algunos partidos, como la coalición que lleva al señor Calleja al frente, son los principales impulsores de la Ley Privatizadora; por eso debemos estar vigilantes ante su mensaje y sus jugadas. No podemos permitir un regreso al poder a un partido que tiene como bandera de lucha la privatización y el enriquecimiento de unos pocos.

Aunque se avecina una campaña presidencial cansina, demagoga y poco novedosa, no bajemos nuestras defensas como pueblo organizado. Exijamos que nuestros derechos sean sus propuestas, exijamos el respeto a nuestros bienes y vigilemos cada movimiento de los candidatos y sus partidos. Esta campaña electoral debe servir para que nos empoderemos y ejerzamos nuestro derecho a decidir informadas e informados.

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